Tú violas, El mata, Ellos maltratan,
¿Nosotros también matamos…?
Una vez más más la pena de muerte en el debate. Es
alucinante la cantidad de disparates y barbaridades que aparecen en las redes como "argumentos"
para proponer y pretender instaurar la Pena de Muerte. En parte se entiende la actitud de un gran
sector de la población. La ansiedad, la desesperación,
el miedo, la tristeza, indignación, la rabia, la impotencia entre otras
emociones y sentimientos se exacerban y
tocan su pico más alto ante los sucesos horrendos y escalofriantes
que han acontecido durante las últimas semanas, y que no hacen más que
terminar por visibilizar una trágica realidad que no queremos ver y que este
gobierno, así como los anteriores, han sido incapaces de atender de manera eficaz y eficiente.
Mientras tanto la legión de niñas violadas
y asesinadas vienen incrementando las estadísticas, que nos
develan como un país enfermo e
incapaz de proteger a sus críos, y por
el contrario se los devora emulando al titán Cronos.
Pero
en medio de esta histeria colectiva, debería ser nuestra clase dirigente quien
se encargue de razonar y colocar las cosas en su real dimensión, en su justo
medio, anteponiendo la razón, la inteligencia, deberían fluir propuestas y
políticas públicas claras que enfrenten de manera integral y de raíz esta problemática que no es nueva y
afecta a nuestra población más vulnerable.
Pero
nuestra clase dirigente no da la talla, nuestro políticos no ven el problema,
solo ven una oportunidad para estar en
la tribuna, para desgañitarse con un
ramplón y facilón discurso a favor de la pena de muerte, posar para la foto con rostro adusto e
iracundo, sumidos en una competencia histriónica
y de esa forma jurar que sintonizan con el sentir popular. Y pensar que muchos de los
políticos y congresistas especialmente,
que hoy despotrican contra los derechos humanos y de manera furibunda demandan pena de muerte, votaron en contra de Proyecto de Ley que evitaba
beneficios penitenciarios a violadores. Es decir si a un violador lo sentenciaban
a 30 años, pues cumplía los 30 años en prisión y punto, ningún beneficio.
Estos congresistas o políticos han re-significado la Ley del Talión, la cuál imponía un castigo que se identificaba con el crimen cometido,
obteniéndose la reciprocidad, pero no, a ellos lo que menos les
importa es la justicia, lo que ellos quieren
es reciprocidad y lo entienden así: votos y reelección por “apoyar tu causa”
ciudadano de a pie.
RAFAEL VIRHUEZ R.
Gestor Cultural
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