sábado, 28 de octubre de 2017

“La Rebeldía como Pecado” - Plantones y vigilias sobre violencia de género

“La Rebeldía como Pecado”
Plantones y vigilias sobre violencia de género

Una mujer violada, ultrajada sexualmente durante el censo 2017 en nuestro distrito, gatilla, detona una respuesta indignada de la sociedad, un conjunto de vecinas y vecinos de nuestro distrito se auto-convocan para hacer sentir su rechazo, repudio e indignación y demandar  la más severa sanción al victimario.
Culminado el evento, lo que debería ser una oportunidad de unidad, de encuentro y articulación para emprender una lucha frontal frente a la violencia contra la mujer, termina de la manera más insólita, no se habla de futuras coordinaciones para planificar próximas acciones, sino del "atrevimiento", “impertinencia”, "malcriadez", “sin educación”, “inoportuna”, insolencia” de una joven, de una mujer. ¿Qué paso?, no estuve in situ, pero pude ver el vídeo e intentare narrar el momento crucial:

“Un hombre con una mujer a su costado y portando un micrófono está dando lectura a un pronunciamiento, de pronto una joven, en compañía de otra joven toca el brazo del hombre del micrófono y pide leer el comunicado, el hombre dice algo fuera del micrófono a la joven y continua ante la demanda de alguien, la joven se retira”.

Esto no concluye ahí, luego podemos ver el mencionado vídeo “subido”en el Facebook de una radio amiga - emisora que se ha  caracterizado  desde su modestas posibilidades en ser  un medio vigilante del acontecer local y promotor de la participación organizada de la comunidad - con el logo de la radio y formulando la siguiente pregunta ¿La lucha contra la violencia de la mujer es una lucha sólo para mujeres?.

Volvamos al principio. ¿Qué situación convoca y moviliza a hombres y mujeres a realizar un plantón en el frontis de la Municipalidad de Villa el Salvador?, ¿la buena o mala calidad de las pistas?, No. ¿las sospechas, indicios o certezas de corrupción en la actual gestión?, No, lo que moviliza a algunos in-situ y otros ex - situ, es la violencia sexual ejercida contra una mujer, si, nuevamente contra una mujer. ¿Hay una bandera de género en esta lucha?, claro que la hay y debe ser cada vez más reluciente e inmensa, como aquellas que cubren las tribunas de los equipos más populares del país. Género, género, género, género, terror le tienen a esa palabra.

¿Qué nos junta?, ¿Qué nos anima o nos indigna?, ¿Qué queremos detener?... la violencia de género, repito, la violencia de género, aquí un concepto a mi entender bastante claro: “situación de desigualdad en el marco de un sistema de relaciones de dominación de los hombres sobre las mujeres que tiene o puede tener como consecuencia un daño físico, sexual o psicológico, incluidas las amenazas de tales actos y la coacción o privación arbitraria de la libertad, tanto si ocurren en el ámbito público como en la vida familiar o personal”. Enarbolar la bandera de No Violencia es un primer paso, básico y necesario de negación, pero no es suficiente, se necesita afirmar que queremos. En el espectro amplio de tipos de violencia que padecemos a lo largo y ancho del país, una de sus terribles aristas es la violencia de género, que tiene como víctima recurrente a la mujer, todas las estadísticas no hacen más que reafirmar esa triste e indignante realidad.

Hagamos memoria, Villa El Salvador tiene una rica historia socio-política, donde la mujer ha desempeñado un rol protagónico, fundamentalmente en su condición y re-valorización como mujer, como sujeto social de derecho, ciudadana plena, teniendo en María Elena Moyano su expresión cúspide.  ¿María Elena hubiese pedido permiso para hablar en un evento de estas características?,  talvez hasta se hubiese apropiado del micrófono. ¿Quién debe entonces protagonizar una lucha que afecta de manera directa a las mujeres?, las mujeres. La historia siempre ha sido así, la lucha por el derecho al sufragio, la disminución de las 12 horas laborales y mejores salarios, hasta para usar pantalones y la lucha sigue. Tanto nos cuesta ser acompañantes, compañeros en esta lucha.  ¿Nos sentimos combatientes de segunda clase?, ¿inseguridad o deficiente autoestima masculina?,

Sobre la radio amiga, desconcierta de quien proviene promover una pregunta tan perniciosa, a partir de un suceso que podemos visualizar en las redes sociales y que desde mi humilde punto de vista se encuentra editado con parcialidad, por decir lo menos, con la intención de descalificar una postura, vehemente si, pero con un trasfondo interesante en relación al papel de la mujer en esta problemática de la violencia de género. La primera re-pregunta sería, ¿cómo llegan a componer, construir la pregunta desde lo visualizado?, en ningún momento la entrevistada señala que la lucha contra la violencia sexual es de entera exclusividad de las mujeres, es el entrevistador quien introduce la idea de que “los hombres deben hacerse a un lado”, por el contrario la entrevistada reconoce el papel importante y fundamental del hombre como acompañante-compañero en este proceso de lucha, pero resalta que quienes deben liderar y empoderarse de este proceso de lucha son la propias mujeres, por una sencilla razón, ellas son directamente las afectadas. Pero el asunto no queda ahí, luego la acusa sutilmente, “no te parece ejercer un poquito de violencia la manera cómo te dirigiste…”. Haber, ¿violencia, donde cómo y cuándo?, miremos nuevamente las imágenes, ahora con una lupa de mayor aumento y veamos donde se esconde la violencia:
  •  Buen número de mujeres presentes en el evento de solidaridad y rechazo a lo ocurrido.
  • Integrantes de un colectivo compuesto en su gran mayoría o totalidad por mujeres elaboran un pronunciamiento.
  • Un hombre da lectura al pronunciamiento del colectivo de mujeres.
  • El pronunciamiento está redactado de tal forma que lo ideal es que sea leído por una mujer.
  • Las mujeres del colectivo que elaboraron el pronunciamiento están presentes en el evento.
  • Las mujeres que elaboraron el pronunciamiento, piden leer su pronunciamiento, al varón que ha empezado a darle lectura.
  • El varón, por razones que no son audibles, no accede al pedido de las integrantes del colectivo de mujeres, estas se retiran.
  • El varón finalmente desiste de dar lectura y cede la palabra a una mujer que tiene al costado.
Es mucho más fácil identificar y criticar de manera contundente las posturas conservadoras que re-victimizan a la víctima,  “La mujer se pone, como en un escaparate, provocando”, “Porque muchas veces puede haber un agresor absolutamente sano y, de repente, en un momento, la mujer lo saca de contexto diciéndole 'me voy' o 'te estoy traicionando', esas frases nunca deben ser usadas por una mujer porque podrían, sin querer queriendo motivar o exacerbar los ánimos de una persona normal”. Pero hay prácticas, posturas, pensamientos en nuestro sector, ese que llamamos progresista (en hombres y mujeres), que expresan de manera sutil, asolapada, el sistema de relaciones de dominación de los hombres sobre las mujeres, ¿eso genera violencia?, claro que si, la forma como fue tratada  durante y posteriormente la joven me dice que si. No es ella, es lo que ella representa.

Saludo  la rebeldía, el atrevimiento, la osadía, el temple, de alguien que entiende que es su lucha, que es el momento, que tiene el derecho y el deber de ser protagonista. Ayyyyy todas las vacas, o al menos muchas vacas olvidamos que alguna vez fuimos terneras. Todo depende del cristal con que se mira o se quiere mirar las cosas. La lucha por esta causa y por otras de este tipo serán siempre complicadas en el frente externo, pero también en el interno. ¿Sumar es mejor que dividir?, siempre será mejor, pero tenemos que aprender con humildad que rol o función nos toca jugar en tal o cual “batalla”.

Rafael Virhuez R.

Actor y Gestor Cultural

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