domingo, 15 de septiembre de 2013

Avenida grata de domingo

Avenida (torrente) grata de domingo
Luego de terminar el programa en Stereo Villa, retorne a casa  con la finalidad de subir las fotos  al facebook, de pronto mi autismo virtual es interrumpido con insistentes toques a la puerta, salgo y me encuentro  con  Eduardo Sánchez, ataviado con una casaca blanca y logos visibles y  coloridos de su querido Somos Perú.  Conocí a Eduardo a quien  amicalmente llamamos “Edú” hace muchos años cuando – si la memoria no me traiciona -  estaba de novio  con mi querida amiga Claudia Ugarte. Edú venía acompañado de dos personas a quienes salude amablemente - ¿Qué estás haciendo por estos lares? – pregunte,  visitando a los amigos me respondió - ¿Cómo has llegado por estos lares? -  Por Alfredo. De manera instintiva miro hacia la avenida y observo un auto estacionado, una persona  de pie apoyado en la puerta y dentro  a Alfredo Vivanco. Lo vi incorporarse, salir del auto, portaba una especie de bastón y toda la intención de cruzar la pista, “más rápido que apurado” le dije a Edu - vamos, es capaz de  querer cruzar la pista - desde un extremo le proferí a Alfredo - ¿qué haces?, espera  ahí - cuando estuve junte a él, nos fundimos en un  cálido y  sentido  abrazo.
Conversamos amicalmente, abiertamente, de modo sincero sobre un abanico de temas, empezando por la salud y derivando  lógicamente en un tema común a todos los que estábamos presentes: la política, hicimos un menú variado del cuál “picamos” de todo un poco: la familia y la política, la fragmentación social y política, la elecciones de noviembre, cultura y política, etc.
No puedo aseverar que soy amigo de Alfredo Vivanco y tampoco de “Edú”, muchos, entre los que me incluyo,  el término amigo encierra un conjunto  de factores que determinan nuestra cercanía con ciertas personas y viciversa, pero esta tarde, situados en la avenida,  algunos ingredientes estaban presentes para considerarla una reunión de amigos.
Edú es  parte de la lista de Somos Perú en las próximas elecciones de noviembre,  un convencido de la necesidad de renovar la política, de adecentarla, así lo conocí y espero que continúe en esa larga, difícil, pero  necesaria tarea,  éxitos. Con Alfredo, como con otros personajes de Villa El Salvador, hay algo que nos une fundamentalmente (más allá de diferencias coyunturales o matices en ciertos temas), el amor por esta bendita ciudad, la irrenunciable convicción de hacerla mejor, me alegra verlo en franco proceso de recuperación y sobre todo de un excelente ánimo, un personaje como él es necesario para la gente que lo ama; y para el espectro político, un personaje  para seguir dialogando la ciudad de manera asertiva y afectuosa.

Rafael Virhuez R.
Domingo 15 de septiembre 2013